Gangs of Rio - João Pina

Pensaba retirarse antes de los 30. Con 31 cumplidos parece que seguirá trabajando mientras quiera. El fotoperiodista portugués esta anclado en Buenos Aires desde donde se mueve por todo el cono sur, Centro América y Cuba. Durante su ponencia en el Congreso de Periodismo Digital de Huesca demostró que más allá de la técnica, lo más importante es ganarse la confianza de los sujetos que fotografía. Basta con entrar en la sede de estas conferencias para quedar fascinados por su trabajo con los más desfavorecidos en Río de Janeiro. El compromiso con las realidades más duras y la curiosidad por las posibilidades que ofrece la red han convertido a João Pina en un reportero diferente. 











¿Cómo se relaciona con la tecnología un freelance multimedia en el siglo XXI?
Me relaciono con demasiada frecuencia. Me despierto a las 4 o 5 de la mañana y miro mi Blackberry desde la cama para ver si tengo algún encargo desde España o Portugal. Si no hay nada, sigo durmiendo. Como cualquiera de nuestra edad, tengo dependencia de la tecnología. También sé vivir sin ella. Como este año en Haití. Me resulta terapeútico. Me sirve para centrarme en la fotografía. Antes llevabas una cámara, dos lentes y algunos carretes y ahora vas con una cámara, dos lentes, un disco duro, tarjetas, cables, cargadores, ordenador... ¡Es una barbaridad!









¿Cómo trabaja un freelance con la red?
Es un escaparate más. No trabajo más que antes pero sí con diferentes puntos de vista. En 2007 estuve en Afganistán empotrado con el ejército de Portugal. Escribí un diario para un periódico de allí. Hacía una fotografía con un par de párrafos. Ahí sí descubrí la fuerza de internet, el sentir a los lectores ahí mismo. Las familias de los militares empezaron a poner comentarios sobre los que salían en las imágenes, se comunicaban entre ellos. Fue una gran experiencia. No da más dinero, pero da mucho trabajo. Todavía falta mucho por mejorar en cuanto a conexiones. No sale de mi publicar en la red. Dependo de las publicaciones. Normalmente, si tienen un presupuesto para Internet, me dan un extra y hacemos algo especial. Todavía no puedo permitirme pensar sólo en este medio.


















¿Le da miedo que le roben su contenido en Internet?
No. Me da rabia cuando abro un blog y alguien tomó una foto mía sin pedírmelo. Yo tengo derecho a decir si dejo o no una foto. Basta con preguntarme. Normalmente, para algo 'amateur' no tengo problemas en cederlo. Para una revista sí pido que me paguen.

La web no me da ni más ni menos miedo. Me han robado más en papel que en Internet. En la red hay menos control, pero hay más sistemas para encontrarlo fácilmente. En un diario lo pueden reproducir y si ni mi agente ni yo nos damos cuenta, no lo cobro. En la web no lo considero un robo; la gente no lo ve como propiedad intelectual. La gente no lo valora tanto, se democratizó mucho. Tiene la ventaja de promover una cultura visual más amplia. La gente distingue lo bueno y lo malo con facilidad, aunque al mismo tiempo tienen la sensación de que ellos también podrían hacerlo.









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