Además de ser el guitarrista de The Police, se ha forjado una exitosa carrera como solista y ha mostrado sus fotografías en galerías de Nueva York, Los Angeles, Tokyo, Amsterdam, París y Londres. Aunque la música fue su primera pasión, a Andy Summers le han fascinado desde niño las imágenes fotográficas. Su hermano mayor era un fanático de las cámaras y siempre le estaba enseñando sus nuevos artilugios. Cuando era adolescente, a Summers le encantaban las composiciones austeras en blanco y negro de los directores de cine europeos, como Goddard, Truffaut, Fellini y Bergman. Su sueño era escribir un tipo de música que se acoplase a esas imágenes.
Pero hasta 1979, año en el que, durante una gira con The Police, se compró una cámara Nikon, y empezó a hacer fotografías en serio. Finalmente, se convirtió en un experto y perfeccionó su propio estilo. “La fotografía es como improvisar música”, dice Summers.
Miras a través del objetivo y entras en una zona en la que empiezas a recibir la información visual de forma diferente. Es algo parecido a ese momento en el escenario en el que estás esperando el momento de entrar con tu música y de pronto te encuentras metido de lleno.
Summers llevaba siempre una cámara consigo durante los primeros días de sus exploraciones fotográficas. Incluso instaló una en el escenario que podía manejar desde el panel del pedal de su guitarra. “Hice muchas fotografías fantásticas de ese modo”, explica Summers. “Pero era casi una obsesión”.
Gracias a su obsesión, publicó I’ll Be Watching You: Inside The Police, 1980-83″ un libro que nos lleva al backstage de uno de los mejores grupos de rock de la década de los 80.
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