En los años 1960, Dennis Hopper llevaba una cámara a todas partes: a los platós y los exteriores de filmación, a las fiestas, cenas, bares y galerías, al conducir por la carretera y al marchar en manifestaciones políticas. Fotografió a ídolos del cine, estrellas del pop, escritores, artistas, novias y completos desconocidos. Por el camino captó algunos de los momentos más interesantes de su generación con una visión aguda e intuitiva. Un icono a su pesar en el epicentro de la agitación cultural de esa década, Hopper documentó a aquellos como Tina Turner en el estudio, Andy Warhol durante su primer espectáculo en la Costa Oeste, Paul Newman en el plató y Martin Luther King a lo largo de la Marcha por los Derechos Civiles de Selma a Montgomery, Alabama.
El carismático y creativo Hopper de los 60’s y 70’s –que sobrevivió sorprendentemente por varias décadas a una época donde lo menos que decían de él sus colegas era que Hopper parecía un demente que no llegaba nunca al set, olvidaba todas sus líneas o desaparecía por completo, lo que no evitaba que imprimiese una actuación inolvidable- dejó un distinguido trabajo fotográfico que nació como el voyeuristico retrato del fascinante círculo de personas con el que se rodeaba durante su trabajo en las distintas áreas de su vida –pintores (Hopper también fue un artista), actrices, amigos, motociclistas y una fauna de un largo etc.- y que fue madurando con el tiempo hasta llegar a consolidar varias exposiciones y un par de buenos libros.
Este es un extracto de fotografías de uno de ellos, “Dennis Hopper: Photographs 1961-1967”, una de sus épocas más activas detrás de cámara y donde se ven algunos de estos famosos retratos a Andy Wharhol, Jane Fonda, Paul Newman y los intereses políticos de Hopper, el fotógrafo.
Estaba haciendo algo que pensaba que podría tener cierto impacto algún día. En muchos sentidos, son realmente estas fotografías las que me mantuvieron activo creativamente.
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