Como el ballet clásico, el sumo ocupa un lugar importante en el deporte de los niños y es un fenómeno predominante en la clase media. Alrededor de 50.000 muchachos de ente 4 y 14 años toman lecciones después de la ecuela regular y aunque la obesidad no sea estructurada como parte del programa de educación en este punto, ser "pesado" tiene sus ventajas en un deporte que no sabe de kilajes.
Los muchachos en Hiragaya, Japón; del club de sumo Sagawa se entrenan porque les gusta el juego, por la simple idea de pertenecer a un club. Aceptación, ayudando el débil y ganando confianza tanto dentro como fuera de las paredes del club. Empujar con fuerza hasta que las lágrimas desaparezcan y la piel se lastime es parte del espíritu. Muchos padres japoneses ven el sumo como una escuela de vida.
Este es un proyecto del fotógrafo Steven Achiam
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