Un par de meses antes le pedí a mi amigo el Cabesa (sí, con S), porque es muy cabeza (según él) que me comprara la entrada, que me pedía unos días en el laburo y me iba para allá, iba, por fin, a cumplir el sueño de ver a Los Redondos (soy de Bariloche). Era mi primer año de laburo, mis primeras vacaciones, estaba a full.
Por esa época, ellos vivían por Belgrano, cerca de la Avenida Cabildo, bebíamos mucho por esa época también, recuerdo que en un supermercado cerca de allí tenían una promo de Bieckert genial, te vendían 3 birras en una bolsa de plástico por el precio final de $1,80, todavía me acuerdo como nos miraba la gente cuando salimos con un carrito repleto de esas bolsas. Era la noche anterior al recital.
Al otro día, la resaca que teníamos era increíble, no recuerdo mucho (si recuerdo a mi buen amigo Cancela, que también fue con nosotros y al Cabesa; sacando la sábana de su cama y pintando con aerosol negro: DE BARILOCHE A FINISTERRE y abajo nuestros nombres), mi memoria comienza llegando a Constitución (a estas alturas, creo) ya había banda de pibes con banderas, todos cantando, gritando, saltando, era genial.
Luego, recuerdo estar en los alrededores de la cancha de Racing, la imagen era tremenda, todas las casas con persianas y/o cortinas cerradas, ni un alma, ni en los patios ni en la calle, sólo toda la pendejada bebiendo (entre otros vicios), cantando, conversando…… Mi amigo el Cabesa dice: “che, compremos una sidra, un vinito, rescatémonos”, se la terminó tomando solo, nosotros no dábamos más.
Rato después pintó entrar, había como siete controles antes de llegar a la cancha (recuerdo, mientras nos acercábamos, haber visto en un auto negro, a Lalín asomándose, iba con unas minitas atrás, y se distinguía el humo dentro, era una escena de película, nos reímos mucho, todos empezaron a putearlo. También pasaban unas combis negras llenas de canas, con las puertas de atrás semiabiertas; recuerdo a uno golpeando con el garrote la palma de la mano, amenazador, buscaban quilombo los hijos de puta).
Ya en el primer control, no se qué onda, pero el tipo que cortaba la entradas, corta la mía y me dice: “es falsa, pibe, no sirve, no podés pasar, correte, por favor”. Encima, mis dos amigos ya habían pasado, al toque el Cabesa lo empieza a chamuyar al chabón, y luego de aproximadamente unos cinco minutos, me mira, se sonríe y me dice: “pasá, nomás”. Un hijo de remil puta, la entrada era posta, al cortarlas, por dentro, eran negras (no recuerdo exactamente de qué estaban hechas), y así es como las distinguían de las falsas.
Esta es mi entrada, fue subida hace un tiempo, a través de un post en Taringa.
En fin, ni importó, de allí en más, corrimos (posta que entramos corriendo) hasta la cancha, la emoción que llevaba dentro no me la olvido más (juro que mientras escribo; las imágenes de ese día dan vueltas en mi cabeza). De allí en más, a esperar, saltando, cantando, todo el mundo te invitaba porro, todo el mundo te saludaba, ja, era una fiesta, y todavía faltaba un rato.
Después se apagaron las luces y en las pantallas apareció la animación que ya han visto en el video y luego…. Los Redondos……
A los segundos de empezar con el Pibe de los Astilleros, creo que mis amigos ya estaban como a 100 metros de donde estaba yo, el pogo que se armó fue increíble, y la alegría, ni te cuento.
Para cuando estaban tocando Un Angel para tu Soledad, y mientras yo mismo (junto a los miles de pibes/as que estaba ahí) lo hacía, la voz se me empieza a quebrar, de golpe no pude cantar más, y estallé en un llanto como cuando era pendejo, te lo juro, me caían las lágrimas, loco, no lo podía creer, un momento único, increíble, una emoción irrepetible. Muchos deben saber exactamente de lo que estoy hablando…..
Capturas:
0 comentarios:
Publicar un comentario