Fue en un concierto de Sex Pistols, en donde Ian Curtis se encontró con sus compañeros del colegio Bernard Sumner y Peter Hook, quienes en aquel entonces eran aspirantes a banda punk y con una erudición relativamente limitada. Curtis, ya casado, y con un modesto empleo, les dice a los chicos que está a disposición por si quieren probar un vocalista, pocos días después, el grupo que entonces se llamaba Warsaw, no sólo contaba con la voz de Curtis sino también con la poesía existencial reflejada en sus letras. Luego y por razones que aun se desconocen, el grupo “Warsaw” estaba intentando un nombre diferente: “Joy Division”. Comienza una historia legendaria pero de vida efímera.
A finales de los 70, cuando la explosión “bigbanezca” del punk comenzaba a atenuarse las bandas que intentaban no desaparecer, parecían padecer un ensombrecimiento y una densificación en su estructura musical, logrando que la furia rebelde y anarquista del punk, entrara en el letargo laberíntico del existencialismo. El film “Control” dirigido por el reconocido, fotógrafo y director de video-clips Anton Corbijn, ilustra una historia (real) que se desarrolla en esta época grisácea, del Manchester de finales de los años 70. Y no necesariamente porque el filme sea a blanco y negro, aunque este aspecto ayude a contextualizar al espectador.
Capturas:
Esta subida en particular no es mía, rescaté los links de Taringa.
0 comentarios:
Publicar un comentario