La basura electrónica generada por países como Alemania, EEUU e Inglaterra es “desechada” en África, continente que se ha convertido en el basurero del mundo. Una de las terribles consecuencias es que estos desechos son los responsables del envenenamiento de miles de niños quienes se ven expuestos a sustancias tóxicas como cadmio y mercurio.
as toneladas de basura tecnológica que terminan concretamente en la cuidad de Accra, Ghana, al occidente de África; son desmontadas y quemadas por los niños del lugar, quienes merodean por los basurales en busca de metal para vender. Es entonces que inhalan metales pesados y humos cancerígenos. África no es el único basurero tecnológico del mundo, esto mismo sucede en Vietnam, China, India, Filipinas y Nigeria. Las Naciones Unidas estiman que 50 millones de toneladas de residuos electrónicos se desechan cada año y la mayoría termina en países pobres.
Esto se debe a que resulta más barato deshacerse de la basura electrónica que reciclarla o eliminarla de forma que no afecta el medio ambiente y no hay un verdadero control sobre las leyes que prohíben esta práctica.
Olivier Asselin nació en Quebec, Canadá. En el 2004 se graduó en la Western Academy of Photography en Victoria, British Columbia; y pasó el siguiente año fotografiando y escribiendo para diarios de Canadá y Marruecos. Asentado en Africa desde el 2005, pasó cuatro años en Accre, Ghana y un año en Dakkar, Senegal cubriendo el desarrollo de esas regiones para diferentes organizaciones y clientes editoriales. Ahora se encuentra en Kinshasa, en la República Democrática del Congo, y continúa trabajando a través de todo el continente para clientes como UNICEF, la Bill and Melinda Gates Foundation, el New York Times y Associated Press.
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