El alzheimer no entiende de fronteras ni condiciones sociales, y su
afectación está en auge posiblemente debido al aumento de la esperanza
de vida. Pero Fausto Podavini decidió documentar algo más que la
enfermedad. “Mirella”, trabajo premiado con un World Press Photo en
2013, es la historia de una mujer que se hizo cargo de un paciente de
alzheimer, su esposo, de poco más de 60 años. El fotoperiodista romano
nos cuenta la historia....
Este trabajo nació porque quería ir más allá de los propios
personajes que en él aparecen. Así que no me he parado mucho a hablar
sobre ellos, sobre quiénes son. En realidad Mirella y Luigi son una
pareja como cualquiera de las muchísimas que hay en el mundo (afectadas
por el alzheimer). Es un trabajo realizado en Roma, pero podría estar
hecho en cualquier otro lugar: el alzheimer no distingue entre culturas,
religiones o fronteras geográficas, y yo quería que fuera lo más
universal posible.
En cualquier caso, les conozco de toda la vida y
comencé a fotografiarles justo cuando a Luigi le diagnosticaron una
ligera demencia senil que finalmente degeneró en alzheimer. Yo no
conocía nada de este síndrome, pero como fotógrafo de temas sociales
descubrí un mundo que creía que merecía la pena contar. Aunque
‘Mirela’ comenzó siendo un reportaje sobre el alzheimer, a la mitad
del camino decidí evitar hacer el enésimo trabajo sobre la enfermedad:
entendí que la clave de lectura más interesante era mostrarlo a través
de la persona que asiste al enfermo.
Así que me concentré por
completo en Mirella y su vida cotidiana, que cambió absolutamente debido
a la presencia del alzheimer. Mirella tuvo que remodelar toda su vida
particularmente, porque es una enfermedad que empeora con el tiempo.
Pero lo hace paso a paso; no es algo gradual, día tras día, sino que la
situación se estanca por períodos que pueden durar unos meses. Así que
ella tuvo que readaptarse a los estadios cada vez más complicados y
dramáticos que iba atravesando Luigi.
Comencé este trabajo fotográfico a finales 2009. Duró cuatro años.
Llegado cierto punto me pregunté cuándo debía cerrarlo y decidí hacerlo
hasta el final: hasta la muerte de Luigi.
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